Carta VII

Hola extraño:

Hoy me acordé de tí y decidí escribirte esta carta, tal vez porque mi vida ahora es tan diferente y tan tranquila, que los sentimientos fluyen en calma y los pensamientos se van acomodando como deben de estar, y como siempre debieron ser.

Recordaba aquel momento en el que me dí cuenta lo mucho que me gustabas, y después lo tan profundamente enamorada que estaba de ti, llegue a pensar que no podría amar a ningún hombre más de lo que te amé a ti, fuiste mi inalcanzable por tanto tiempo, aún recuerdo el sabor de tus besos y la calidez de tus labios, pero antes mientras recordaba se entristecía mi faz, ahora simplemente sonrío, si nunca te hubiese conocido, mi vida hubiese tenido menos matices amargos (creo yo) pero sin duda hubiese sido un poco más aburrida de lo que ya era. Tu le pusiste el picante a una parte de mi vida, recuerdo cuando pasaba por aquellos caminos de piedra y soñaba encontrarte, soñaba que me sonrieras, que me llamaras, que me escribieras un mensaje, soñaba que quisieras verme… Y al fin de cuentas te veía con ella, y mi faz se oscurecía.

Pues bien… Ahora todo aquello es un recuerdo que vivirá siempre conmigo, fuiste mi hombre modelo, (para que negártelo u ocultarlo) siento que fueron siglos de eso, ahora te veo y siento cosquillas en mi estomago porque me da gusto verte tan bien, no como antes que te veía decaído, creo que tu vida también está dando otro giro, me da gusto por ti.

Ahora después de tanto tiempo me doy cuenta que eres tan diferente a lo que yo pensé que eras (pero es que te conozco tan poco, a pesar de lo predecible que sueles ser, pero eso es tema diferente) y que el cuento de amor y tristezas que yo me imagine en mi mente nunca debía existir, porque no era nuestro destino ser más que simples amigos y ahora me alegro de eso, sé porque el sentimiento en mi surgió y por eso fue que encontré al verdadero hombre que ahora llena mi vida, me da gusto haberte conocido y me da gusto seguirte conociendo.

Te extraño, espero verte pronto amigo.

Atte: Phiriaph.